lunes, 1 de diciembre de 2014

Arte prerrománico asturiano

El Arte Prerrománico Asturiano presenta una serie de singularidades que lo configuran como una de las aportaciones de mayor originalidad y grandiosidad en el panorama artístico español. Con un carácter fundamentalmente arquitectónico, basa su concepción en elementos como el arco de medio punto, los contrafuertes o los muros de mampostería. Sin embargo estas son características que se van asentando en las diferentes fases en las que comúnmente se divide este periodo. Antes de adentrarnos en la materia, conviene recordar algunos aspectos arquitectónicos básicos: 






Pero además, en el siguiente vídeo se pueden vislumbrar muchas otras características:

     


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UN POCO DE HISTORIOGRAFÍA...

El término "prerrománico asturiano" no es del todo preciso y supone además un panorama excepcional dentro del arte altomedieval del occidente cristiano, en primer lugar por el elevado número de monumentos que se conservan, un total de catorce prácticamente enteros salvo San Tirso, en un territorio muy pequeño. Y en segundo lugar, porque no existe en todo occidente un paralelo en este aspecto. Es por tanto un estilo con carácter propio para el que existe abundante documentación, como las crónicas del ciclo de Alfonso III. Se redactan durante el reinado de este monarca (866-910) y con ellas parece que se trata de instaurar la tradición historiográfica visigoda que se había visto interrumpida por la llegada del Islam. Son la Cronica Albeldense, que abarca la Historia universal desde Adán hasta el año 881, momento en el que se cree que se redacta. En el 883 se le hizo un añadido que Gómez Moreno denominó Crónica profética (aunque no hace alusión a los monumentos y se piensa que pudo ser redactada por un clérigo que vivía en Oviedo). La otra es la Crónica de Alfonso III, de la que se conocen dos versiones: la 'Rotense' y la 'Ad Sebatianum'. Se ocupa de un periodo y un territorio más limitados: la historia de la península ibérica desde el reinado del rey visigodo Vencesvinto hasta Ordoño I, antecesor de Alfonso III. Además, prescinde del mundo musulmán. Esta crónica se ha supuesto redactada por el mismo monarca o bien bajo su dirección.

Son crónicas redactadas con una intención política: legitimar el reino cristiano como continuador de Toledo. Tienen también interés desde el punto de vista artístico porque dan diferentes tipos de datos sobre los monumentos. En todas ellas llama la atención que dediquen tanta extensión a las noticias artísticas, porque muchas veces en el reinado de cada monarca se da bastante más prioridad a los monumentos que el monarca construyó que a los acontecimientos políticos que tienen lugar durante su reinado.

La primera aproximación teórica al arte prerrománico asturiano fue realizada por Jovellanos en el siglo XVIII, a partir de entonces se ha enriquecido con aportaciones de investigadores tanto españoles como extranjeros. Todos ellos han contado con las crónicas como fuentes fundamentales para iniciar sus tesis, dando como resultado teorías diferentes que generaron polémicas entre distintos historiadores. Algunos defienden modelos antiguos para este estilo: modelos visigodos, modelos germánicos o carolingios y también omeyas en determinados periodos. Tras los hallazgos arqueológicos romanos que se encontraron en Asturias, es innegable la existencia de precedentes antiguos. Lorenzo Arias sigue estableciendo relaciones con el arte de la Antigüedad.

Por otra parte, Isidro Bango Torviso, que era un acérrimo defensor de la tradición hispano-visigoda, tras las excavaciones en Gijón, expone que el arte prerrománico asturiano es la última manifestación del arte antiguo peninsular.
Respecto a la relación con lo carolingio, diversos autores han establecido relaciones diplomáticas entre Alfonso II y Carlomagno, pero también hubo relaciones artísticas, lo cual no determina que el arte prerrománico asturiano sea deudor de lo carolingio.

Existen también discrepancias en cuanto al origen y función de estos monumentos. La tesis tradicional, que se fundamenta en las crónicas asturianas defiende el origen monárquico y la función áulica para estas obras, algunas de las cuales responden a este criterio pero no todas. A esta teoría se han hecho revisiones y, sin discutir el obvio protagonismo de la corte, se ha especulado sobre la función monástica de alguno de estos monumentos. Cesar García de Castro es quien ha iniciado estas revisiones.


Imagen extraida de http://buscador-noticias.blogspot.com.es/2011/04/lorenzo-arias-paramo-las-pinturas.html

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